A las puertas del paraíso

Ayer a la tarde, recordaba con nostalgia cuando de pequeñita,

el reloj abrazaba las tres y media de la tarde y mi corazón

saltaba como una pelota. Finalmente, había llegado el momento

más importante del día: la hora de jugar. Como siempre, antes

de salir, miraba de reojo a mi abuelita – como quien llega aduana

y ansía que le sellen el pasaporte – y esperaba que me respondiera

con un guiño . » adelante kirita». Apurando el paso y sin mirar

atrás, entraba al paraíso,. Con suerte, estarían esperando por

mi Javi, Gabriel, Ingrid, George y Abdiel; para convertirnos en super

héroes, estrellas del béisbol o exploradores del Amazonas.

Todo eso y más, en un santiamén.

Hoy, tres décadas más tarde, suspiro con cariño y con un huequito

en el corazón, mis ojos se inundan de lágrimas pensando que al

llegar a casa ya no esperan por mi, mis paladines de la justicia

ni nuestra tienda de acampar cosida con sábanas viejas desde

donde estudiabamos el comportamiento de las fieras del mundo

salvaje de mi patio.

Bueno, con una llamada alcanza para compartir mis recuerdos

con todos, menos uno. Para acercarme a Abdiel, bastará con

cerrar los ojos e imaginármelo como cuando eramos niños.

Con su sonrisa de un millón de dientes, su carcajada estruendosa

y su mirada inquieta…inquietísima. Allá arriba de seguro, nos seguirá

haciendo cosquillas para que nunca olvidemos esos días en el que

el paraíso quedaba cruzando la puerta de la casa.

Te extrañeremos amigo. Buen viaje «Festi» …