El cristal con que se mira

Entre los 14 y los 16 – y en algunos casos un poquito más –

los hombres y mujeres pasamos por una extraña etapa en

la que “adolecemos” de cariño, de originalidad y criterio propio.

Los doctores del alma, le llaman: adolescencia. Durante

ese período, al igual que muchos, descubrí los espíritus

del vino – de muy mala manera – y estaba convencida que

no había nada como el blanco para el pollo y el tinto para

las carnes. Gracias a Dios – y a los TLC – , a llovido mucho

desde aquellos días.

Aun así, para aquellos que prefieren ir por lo seguro,

Wine That Loves ha diseñado una línea de vinos

con la uva perfecta para acompañar la pasta pomodoro,

el pollo rostizado, pizza, carne a la parrilla o

salmón ahumado.

Para mí, no hay nada como la libertad y la celebración del antojo.

Desde un tempranillo para la playa hasta un rosado como aperitivo.

¡Qué importa el color de la uva, si lo que cuenta es la fiesta! ¿No creen? 

Cheers!